Científicos locales analizan el legado de Oppenheimer en la ciencia mundial
Las investigaciones realizadas por el “padre de la bomba atómica” fueron claves para el avance del conocimiento en física nuclear, astrofísica y mecánica cuántica, entre otras áreas del saber.
"Me he convertido en la muerte, el destructor de mundos”.
Esta es la frase que el físico teórico estadounidense J. Robert Oppenheimer recordaría años después del bombardeo a Hiroshima y Nagasaki, cuando en una entrevista le preguntaron lo que sintió al presenciar el poder devastador de su creación.
Pero, a pesar del remordimiento que el “padre de la bomba atómica” expresó tras su participación en el Proyecto Manhattan —donde se crearon las primeras armas nucleares de la historia—, sus investigaciones y descubrimientos son destacados por el avance del conocimiento que significaron en física nuclear y otras ciencias.
Hoy, gracias a “Oppenheimer”, película que hace un repaso por su biografía, se ha reavivado el interés por el notable científico estadounidense entre especialistas y el público en general.
Chilenos expertos en energía nuclear analizan el legado de quien, entre otros cargos, fuera asesor jefe de la Comisión de Energía Atómica de EE.UU, tras su creación en 1946; profesor de física en la U. de California en Berkeley y director del Instituto de Estudios Avanzados de la U. de Princeton, en donde también asumió el puesto de alto profesor de Física Teórica que antes tuvo Albert Einstein.
Logros
Alfonso Kaiser, profesor del Master of Engineering Management de la U. de los Andes, destaca que
“Oppenheimer fue una persona con un conocimiento bastante amplio: partió siendo químico y luego se metió en física molecular, teoría cuántica y astrofísica. Muchos de sus trabajos ayudaron a entender lo que hoy conocemos como física nuclear”.
Uno de sus logros clave fue “la ecuación de equilibrio hidrostático para una estrella en relatividad general (llamada Tolmam-Oppenhcimer-Volkoff), la que fue descrita por primera vez por él junto con otros dos científicos en 1939. Esta ecuación permite conectar la astrofísica de las estrellas con la física nuclear”, precisa Walter Max-Moerbeck, investigador del Centro de Excelencia en Astrofísica CATA.
Asimismo, “es famosa la aproximación Born-Oppenheimer (realizada junto al matemático y físico alemán Max Born), la que permitió estudiar los estados cuánticos de las moléculas”, comenta Luis Huerta, director ejecutivo de la Comisión Chilena de Energía Nuclear, organismo dependiente del Ministerio de Energía.
El profesional agrega que los hallazgos realizados por Oppenheimer en el campo de la energía nuclear han posibilitado diversas aplicaciones en el presente: “La producción de electricidad, por ejemplo. La energía del núcleo se expresa de muchas formas y una de ellas es la emisión de neutrones. Los neutrones son partículas subatómicas que al impactar núcleos de distintos átomos los convierte en radioisótopos. Y estos, entre otros, son la base de fármacos cuya radiactividad permite su utilización en el diagnóstico y tratamiento del cáncer. Además, la radioactividad tiene la capacidad de modificar especies vegetales, para hacerlas más resistentes a la sequía, por ejemplo, y así contribuir mitigar los efectos del cambio climático”.
Julio Vergara, jefe del Programa Magíster en Ingeniería de la Energía de la Escuela de Ingeniería de la Ú. Católica, cree que “dentro de un zoológico de científicos célebres, Oppenheimer tuvo una contribución que fue interrumpida por su trabajo en el desarrollo técnico de armas nucleares, siendo relegado después de alcanzar una posición relevante por su exposición a materias políticas sensibles”.
A su juicio, “en otro ambiente o en una época distinta a la suya, por su intelecto y ambición, pudo haber logrado un rol más destacado en física teórica y cosmología, eventualmente consiguiendo un Nobel y otros reconocimientos”.
A pesar de que Oppenheimer murió hace más de 50 años, sus avances “tienen total vigencia y siguen siendo sumamente valiosos”, asegura Hugo Arellano, académico de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. de Chile.
Y comenta: “Tengo una gran admiración por él. Aparte de los elegantes aportes científicos en la física teórica, fue capaz de sortear con mucha lucidez las contradicciones que puso la historia en un tiempo sumamente difícil. Fue un momento donde se encontraron las espadas del poder, de la supervivencia y del conocimiento”.
*Fuente: El Mercurio.