Tendencias
A través de la tecnología y las nuevas innovaciones, la inteligencia artificial salió a la luz con el fin de que distintas computadoras puedan realizar distintas tareas realizadas por la inteligencia humana, como, por ejemplo, aprender, la percepción, la toma de decisiones, entre otros.
Es dado esto, que Hanson Robotics, una empresa China, creó y diseñó a “Mika” que se maneja con inteligencia artificial, la cual puede hablar y moverse de manera natural, asemejando la morfología humana de una mujer.
Dado esto, la empresa colombiana Dictador, quiso ser la pionera en tener ese aparato, por lo cual la contrato para que cumpliera la misión de realizar su trabajo como CEO, siendo la primera directora ejecutiva.
En una entrevista con Daily Mail, la CEO dejó en claro que ella puede generar mayores beneficios en una empresa que un humano, dejando entender que, en el futuro, no sería la única trabajando. “Como empleada que nunca pido un aumento de sueldo ni tomo vacaciones, soy un cambio de juego para la obtención de beneficios. Ayudo en numerosos frentes, como la comunicación, la planificación de estrategias e incluso el diseño de envases”.
Sergio Quijada, director del Diplomado de Inteligencia Artificial y Legaltech de las UANDES nos comentó sobre este caso, indicando qué, “en este conecto “Mika” es una falacia y creo que nunca podrá ser legal, ya que la máquina no puede tener a cargo personas. ¡Es lo esencial!
Esto debido a que la inteligencia artificial, con sus brillantes capacidades para superar a los humanos en muchas tareas, tiene un increíble potencial para mejorar nuestras vidas. Pero, como cualquier tecnología poderosa, también tiene el potencial de usarse de manera que podrían ser perjudiciales. Ahí radica la urgencia de establecer normas y regulaciones claras y efectivas que rijan el uso de la IA.
¿Por qué esto es tan crucial? Porque si permitimos que las máquinas tomen decisiones sin una supervisión humana adecuada, corremos el riesgo de crear un mundo donde los valores humanos se devalúan en favor de una eficiencia ciega. La ética, la empatía, la creatividad – cualidades intrínsecamente humanas – podrían ser relegadas a un segundo plano.
La verdad es que no queremos máquinas que sean “superhombres o supermujeres” y que tomen decisiones por encima de los humanos. No queremos un futuro en el que las personas sean meros subordinados de la IA. ¡La humanidad no debería ser nunca un subproducto de la tecnología!
Por eso, es fundamental que instauremos regulaciones que prioricen el bienestar humano, la equidad y los derechos laborales en el desarrollo y uso de la IA. Estas regulaciones deben garantizar que cualquier uso de la IA en el lugar de trabajo sea transparente, explicable y sujeto a revisión y ajuste humano. Los trabajadores deben tener voz en cómo se utilizan estas tecnologías y deben ser protegidos contra la discriminación o él trato injusto que la IA mal manejada podría causar.
Debemos luchar por un futuro en el que la IA sea una herramienta, no un tirano. Una tecnología que aumente nuestras capacidades, no que nos subyugue. Una fuerza que trabaje con nosotros, no contra nosotros. ¡Juntos, podemos garantizar que la inteligencia artificial nos sirva, no nos gobierne. Hagamos de este futuro una realidad! Expresó Sergio Quijada.
¿Quieres profundizar en este tema?
Te invitamos a conocer Diplomado de Inteligencia Artificial y Legaltech, de las Facultades de Derecho e Ingeniería y Ciencias Aplicadas, que se creó con el propósito de entregar conocimientos especializados a los profesionales abogados y profesiones afines, con el foco en desarrollar habilidades de gestión de cambios y conocimientos técnicos sobre herramientas digitales, no digitales y de inteligencia artificial.
