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Según la Organización Mundial de Salud, el cáncer es la principal causa de muerte en el mundo. En las últimas décadas, la evolución de estos casos ha sido objeto de observación en el ámbito de la salud a nivel mundial. Esto, ya que factores como el envejecimiento de la población y cambios en el estilo de vida, han incidido en estos resultados, y no se espera que disminuyan, debido a que según la Organización Panamericana de la Salud, se prevé que la carga mundial por cáncer aumente a unos 30 millones de nuevos casos para 2040, y el mayor crecimiento se producirá en países de ingresos bajos y medianos.
Por lo mismo, en el mundo se considera el cáncer como un programa prioritario en todos los niveles de atención. En 2023, los tumores más frecuentemente diagnosticados fueron los de colon y recto, mama, pulmón, próstata y vejiga urinaria.
Pero no todo son malas noticias, ya que a la vez también se ha observado un progreso significativo en la detección temprana y en el tratamiento. Por ejemplo, hay nuevos estudios como el pinchazo de 7 minutos, cómo aporta la inteligencia artificial, pistas en el ADN del Cáncer, entre otros, que demuestran una leve esperanza para los pacientes.
Por lo mismo, la coordinación entre los diferentes especialistas garantiza un enfoque integral en el tratamiento de esta enfermedad. Cada profesional aporta sus conocimientos y habilidades específicas, permitiendo una evaluación exhaustiva de la situación del paciente.
Enfocado en esto, Daniela Farías, directora del Diplomado de Enfermería Oncológica del Adulto, comentó cómo influye el conocimiento y el compromiso para prevenir y tratar a los pacientes con esta enfermedad desde el cargo de los enfermeros y enfermeras.
En Chile, desde el año 2019 aproximadamente, esta enfermedad corresponde a la primera causa de muerte. Además de este dato epidemiológico, en Chile el cáncer afecta a nuestra población de manera diferente debido a las diferencias geográficas, factores sociales y estilos de vida principalmente.
La responsabilidad que el equipo de salud tiene desde la prevención, diagnóstico, tratamiento, seguimiento y cuidados de fin de vida es fundamental y es nuestro deber prepararnos desde todo punto de vista (teórico y práctico) para ser protagonistas del cuidado que requerirá la población afectada por esta enfermedad.
La enfermería, por su parte, tiene un rol de liderazgo responsable de ensamblar, coordinar y gestionar el viaje que el paciente y su familia realizan para que el resultado, eficacia y oportunidad de tratamiento sea el indicado (independiente de las variables que pudieran presentarse).
La formalización de nuestros conocimientos en el rubro de la Oncología nos otorga herramientas necesarias y valiosas para la toma de decisiones y posicionarnos en un rol líder. Esta responsabilidad no solo es con el paciente y su familia, sino también con los profesionales a los cuales lideramos y formamos.
En definitiva, el compromiso de la enfermería con los pacientes oncológicos va más allá de la aplicación de técnicas y procedimientos; implica una mirada científica, pero creada por aspectos esenciales de una humanización de la atención que se entrega, además de un liderazgo responsable y una preparación continua para combatir los desafíos que presenta cada día, esta compleja realidad de la salud.
¿Quieres ser parte de este desafío?
Te invitamos a conocer en más detalles el Diplomado de Enfermería Oncológica del Adulto, de la Facultad de Enfermería y Obstetricia, la cual te entregará las diferentes herramientas y capacitará para abordar de manera integral todas las fases del proceso oncológico, desde la prevención y diagnóstico hasta el tratamiento, cuidados paliativos y acompañamiento en el fin de vida de los pacientes y la integración de su familia al proceso.
