Mirando hacia un nuevo modelo: innovación productiva y comprometida
El país se ha visto inmerso en diversos hechos que, tal vez, en un periodo normal no los habríamos vivido todos al mismo tiempo; pero en algunos meses hemos tenido que enfrentar una crisis social, una pandemia, un proceso constituyente y, a todo esto, sumarle la crisis del cambio climático.
La pregunta que muchos nos hacemos es cómo enfrentar todos estos desafíos. La respuesta, y a lo que muchos apostamos, es que la ciencia y la innovación nos darán las respuestas y, más importante aún, las herramientas para poder sortear todos estos cambios y sacar ventajas a partir de ellos.
Pero la tarea no es fácil. Para poder realizar un cambio y que este logre impactar a la sociedad, como las vacunas contra el COVID, por ejemplo, Chile deberá impulsar la1+D+i, incrementar la inversión adicional para alcanzar ese 1% del PIB en ciencia e innovación que tantas veces se ha comprometido, pero que al final no se alcanza.
Tendrá que comprometer también al sector privado para que aumente su contribución y, al mismo tiempo, fortalecer la colaboración público-privada. Junto a lo anterior, las universidades y centros de estudio deberán dar un nuevo giro en sus modelos, con el fin de ser capaces de incorporar estos recursos y entregar un servicio más completo.
Los últimos tiempos, el responder a las necesidades del Chile de hoy; ya no podemos seguir pensando en la triple hélice, ese esquema que plantea que existe una relación virtuosa, capaz de generar e impulsar la innovación mediante la vinculación de tres actores: universidades, empresas y gobierno.
Desde ahora se deberá empezar a incorporar un modelo 2.0, uno que no solo incentive a mejorar la productividad del país y la necesidad de diversificar la matriz productiva a una economía basada en el conocimiento, sino que también incorpore a la sociedad y el medioambiente como factores clave a considerar.
Es decir, debemos pasar a un modelo de quíntuple hélice, que contemple no solo tres actores principales (academia, industria (sector privado) y el Estado), sino que también incorpore el impacto en la sociedad civil (mejorar la calidad de vida) junto con el cuidado del medio ambiente.
Este nuevo modelo, de una innovación sostenible, productiva y comprometida, será clave para que en el futuro veamos surgir más casos de éxito, como los que hemos visto el último año, en donde empresas como NotCo, Butterfly, Cornershop y Políglota, se han transformado en unicornios reconocidos a nivel mundial.
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Escrito por Anil Sadarangani
Director de Innovación de la Universidad de los Andes
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