Testimonios que inspiran: Carta de un egresado del Magíster en Epidemiología

Buenas tardes a todos.
Directores, profesores, compañeros, familiares y amigos que hoy nos acompañan:

Llegar a este día es un privilegio, una alegría y, por qué no decirlo, un gran alivio. Nos reunimos aquí para celebrar no solo el cierre de un ciclo académico, sino también el comienzo de una nueva etapa en nuestras vidas.

Hace algún tiempo, cada uno de nosotros tomó la decisión de adentrarse en este desafiante mundo de la epidemiología. Algunos quizás llegamos con la idea de “cambiar el mundo”, otros tal vez buscando herramientas para enfrentar los problemas de salud en sus realidades, y unos cuantos, con ganas de asumir un desafío, sin saber bien, lo que nos esperaba. Lo cierto es que hoy estamos aquí, no solo como estudiantes, sino como epidemiólogos listos para aportar a un mundo que nos necesita.

Este magíster nos entregó múltiples herramientas. Aprendimos a dominar conceptos como "odds ratio", "intervalos de confianza" y "sesgos". También descubrimos que “causalidad” no es una palabra que debamos tomar a la ligera. Nos dimos cuenta que realizar investigación no era tan fácil, sobre todo después de conocer al Dr. Torres.

Durante este viaje, no todo fue teoría. También lidiamos con la práctica, aplicando los diversos modelos estadísticos, manejando bases de datos e incontables horas frente al computador con nuestro querido software R, que nos mantenía con el alma en un hilo hasta que, tras apretar "Enter", el código funcionara.

De igual forma. vivimos momentos memorables, como los diversos videos que tuvimos que grabar a lo largo del programa, iniciando de manera muy tímida y ahora con las competencias para medirnos de frente contra cualquier influencer,  o como los bootcamps, donde las clases se transformaron en experiencias prácticas que nos desafiaron aún más. Cómo no recordar el último, con sus competencias académicas, deportivas y hasta estratégicas, donde no solo aplicamos lo aprendido, sino que también aplicamos nuestro ingenio, nuestro espíritu de equipo y nuestra competitividad.

Hoy, con el corazón lleno de emociones, puedo decir con orgullo que este magíster fue más que aprendizaje técnico; fue una lección de resiliencia, de compañerismo y un llamado a no temer  a innovar y a pensar las cosas de manera distinta. Aquí construimos una red de colegas y amigos que, estoy seguro, será invaluable en nuestro futuro profesional.

Este es un día para celebrar, pero también para reflexionar sobre la responsabilidad que este magíster nos otorga. La epidemiología no es solo números y gráficos, es una herramienta poderosa para la salud pública, para tomar decisiones basadas en evidencia y no en intuiciones. En un mundo lleno de información –y desinformación–, nuestra tarea será ser faros de claridad y rigor.

A mis compañeros y compañeras, quiero decirles que este no es el final, sino el comienzo de algo mucho más grande. Sigamos aprendiendo, innovando y soñando con un futuro más saludable.

Y ahora, después de todo lo dicho, les dejo un dato curioso: ¿sabían que, esta  estadísticamente comprobado, con un p menor a 0,05 que es mucho más probable que recuerden esta ceremonia si al menos una parte de este discurso les provoco una sonrisa?  ¡Espero haber cumplido esa cuota de memoria!

Muchas gracias a todos, y ¡felicidades!