La UANDES
Un aumento de casi 50% experimentó la cantidad de ensayos clínicos realizados en 2023 en el país, con respecto al año anterior, según cifras del Instituto de Salud Pública (ISP). Del total de 176 estudios, casi el 40% correspondió a terapias o medicamentos oncológicos.
El objetivo de estos estudios médicos es ayudar a encontrar nuevas formas que sean seguras y eficaces para prevenir, detectar o tratar enfermedades.
Para indagar la percepción de los chilenos y chilenas sobre este tipo de procedimientos, el Centro IMPACT de la Universidad de Los Andes, realizó una encuesta a 1.216 personas desde Arica a Punta Arenas. Esta mostró que un 54% de los entrevistados considera que estos ensayos son muy relevantes a la hora de descubrir y desarrollar nuevos tratamientos médicos y el 49,7% opinó que promueven el avance científico en el tratamiento de enfermedades.
Ante la pregunta de si participaría en un ensayo clínico, el 28% afirmó que “Definitivamente lo haría”; 58,5% sostuvo que “Quizás, necesitaría más información” y 13,5% dijo que “No, en ninguna circunstancia”. Por sexo, los más proclives a participar fueron los hombres con 29,3% y las más renuentes las mujeres con 14,6% de la muestra.
Respecto a los factores que más incidirían en la decisión de participar o no en un ensayo clínico, un 42% de los chilenos dijo que los potenciales riesgos y beneficios para su salud; un 22% optó por la claridad de la información para tomar una decisión informada y un 16%, por el propósito de la investigación clínica.
El médico y coordinador del pilar clínico del Centro IMPACT, Fernando Figueroa, sostuvo que existen numerosas ventajas para el paciente al participar de un estudio clínico, más allá del beneficio social. “Es usual que los participantes accedan al mejor estándar de atención disponible para su enfermedad. El equipo médico a cargo de un estudio, inevitablemente se hace más y más experto en la condición que se trata. Finalmente, los exámenes, controles y medicamentos, suelen ser sin costo para el enfermo”, complementa.
Enfrentados a la pregunta de si un familiar cercano estuviese afectado por una enfermedad grave, el 31,5% de los encuestados se manifestó partidario de que esa persona participe en un ensayo clínico de una terapia experimental; 59,6% manifestó que “Posiblemente, con la debida información y asesoramiento” y 8,9% respondió que “No, en ninguna circunstancia”.
*Fuente: Centro IMPACT
