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Viernes 26 de Enero de 2024

Chile registra la natalidad más baja en una década: Los efectos sociales y económicos para los próximos años

Sólo 173.920 nacimientos se registraron en todo 2023 en el país, según datos del Registro Civil. Se trata de la cifra más baja en una década, marcando una tendencia que ya se venía dando después de 2014, año en que hubo 251.011 partos.

Desde entonces, la cifra no ha hecho más que disminuir, e incluso, algunas unidades de maternidad de clínicas se han cerrado o incluso, fusionado con otras áreas. En 2021 se registraron 177.306 nacimientos, y pese a que en 2022 se quebró esa caída y fueron 189.336 los alumbramientos, el año pasado vino a confirmar una realidad: Chile está envejeciendo.

A fines de 2022, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) presentó la conferencia "Transición demográfica y envejecimiento de la población en Chile", donde ya alertaba sobre este este escenario de "etapa avanzada de envejecimiento demográfico", como irreversible y de rápido avance.

El organismo proyectaba además que para este 2024, la proporción de personas mayores sería superior al porcentaje de menores de 15 años. En tanto, para el año 2026, las personas de 60 años y más superarían el 20%, lo que significaría que el país entraría en una etapa "muy avanzada" de envejecimiento poblacional.

Estos aspectos representan un desafío en múltiples dimensiones, desde cómo las políticas públicas -por ejemplo, en materia sanitaria- se comienzan a repensar en atención a una población más envejecida, cómo se rediseñan los sistemas de pensiones, los destinos de la fuerza laboral o, incluso, el diseño de las ciudades. En el fondo, se debe pensar la forma en que se destinan los recursos.

Efectos en la economía

Esta mañana, durante la primera jornada de discusión de la reforma de pensiones en la Cámara de Diputados, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, puso sobre la mesa el envejecimiento de la población como uno de los argumentos relevantes para contar con el apoyo parlamentario. "Los desafíos siguen siendo de gran envergadura. Sabemos que el sistema previsional como hoy día existe, no da solución a las necesidades de nuestros adultos mayores, que son una proporción creciente de la población", comenzó Marcel.

Agregó que "la gran diferencia, entre muchas otras, entre hoy y los años '20, es que la población de adultos mayores está creciendo a tasas sustantivas, mucho más rápido que el resto de la población, y por lo tanto, van a representar una fracción mucho más significativa de la población, de aquí a 20 o 25 años".

En esa línea, sostuvo durante los próximos 10 años, la población de adultos mayores va a estar creciendo en torno al 4% anual, mientras que el resto de la población va a estar decreciendo en términos absolutos. "Esa esa la realidad de la cual tenemos que hacernos cargo", precisó.

En conversación con Emol, Juan Nagel, académico de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de los Andes, comenta que "el efecto sobre la economía es severo, porque a mediano y largo plazo la población va envejeciendo, lo cual hace muy difícil que crezcan la productividad y el PIB. También comienza a escasear el talento en las organizaciones". De esta forma, advierte que "es importante que estos temas se tomen en serio, con políticas integrales de apoyo a las familias que incluyan redes de cuidado de niños, beneficios tributarios, legislación laboral que favorezca la inserción de la mujer, entre otros".

La economista María Cecilia Cifuentes aborda la discusión en pensiones, justo cuando mañana se vota la reforma en el Parlamento que, considera entre sus ejes, que la cotización adicional del 6% de divida en 3% para la cuenta individual, y el otro 3% de componente solidario.

"Los sistemas de reparto están quebrados en todos los países del mundo, por dos razones; por la caída de la tasa de natalidad, porque hay menos personas en edad activa, pero a esto se suma, la mayor expectativa de vida. Esto lleva a que menos jóvenes tengan que financiar una sobrevida que además es más larga. Entonces, el sistema de reparto, con la demografía que tiene Chile, es insostenible", comenta.

Para Beatriz Fernández, profesora de Sociología UC, e Investigadora Micare y Ceve-UC, "es imposible no tener un reparto solidario, porque la población mayor tiene malas pensiones y si lo pensamos por brecha de género, gran parte de las mujeres no trabajó. Efectivamente ahí hay preguntas de justicia social".

Sobre los temores sobre el sistema de 3% y 3% y el envejecimiento de la sociedad, plantea que "esto es como un círculo, porque si tú generas una mejor calidad de vida en general, con políticas transversales, quizá el nivel de desarrollo del país también aumenta. Quizás el número (de jóvenes) puede caer, uno también espera reactivación económica y que las nuevas generaciones aporten en mayor medida".

Con todo, subraya que no hay que olvidar que "las personas mayores igual aportan, muchas personas mayores siguen trabajando, entonces hay que verlo desde un prisma más solidario que sostenga el sistema".

Otros desafíos en políticas públicas

Uno de los fenómenos distintivos junto al envejecimiento demográfico acelerado es que adicionalmente, las personas viven más años, es decir, hay un aumento en la longevidad, es decir, personas de más de 80 años. "Que seamos un país envejecido significa que han habido mejoras en las condiciones de vida de la población, pero de todas maneras, implica distintos retos", comenta Fernández.

De ellos, comenta que la dependencia y los cuidados será uno de los retos que enfrentar. Esto, considerando que según la encuesta de Discapacidad y Dependencia 2022, un 22,2% de la población de 60 años o más se encuentra en situación de dependencia en el país.

A eso, se le suma el factor que en Chile, "tenemos una estructura de cuidado bastante familista, lo que implica que son las mujeres al interior de las redes de parentezco las que se hacen cargo de la población mayor. Si eso lo conjugas con que las familias hoy son más pequeñas y nacen menos hijos, en realidad estamos en una situación compleja, que podemos definir como crisis de los cuidados; adicionalmente, las mujeres hoy estamos en otros roles, en el mercado laboral".

Consultada por las políticas públicas necesarias ante estos desafíos, comenta que lo clave es mirar este tipo de situaciones de manera integral, por ejemplo, como lo recoge el Sistema Nacional de Cuidados, "pero sumado a la existencia de más Establecimientos de Larga Estadía para Adultos Mayores (ELEAM) o servicios de prestación de cuidadores pagados que se hagan cargo".

Desde la dimensión económica pero en la misma línea, Cifuentes añade que es importante que existan incentivos para la natalidad, "mejorando políticas de cuidado, donde las mujeres tengan con quién dejar a sus hijos, y hay países que incluso incorporan elementos tributarios para que las familias tengan hijos; es decir, rebajar algunos impuestos por gastos de escolaridad o salud".

Otro factor clave que abordan los expertos es la promoción y prevención en salud, es decir, generar políticas que apunten a un envejecimiento positivo, que por una parte, reduzca el número de personas que sean dependientes, pero al mismo tiempo, que se ponga el foco en las enfermedades asociadas a la tercera edad.

En esa misma línea, el doctor Enrique Oyarzún, ginecoobstetra de Clínica Universidad de los Andes, comenta a esta medio que "Chile actualmente tiene 1,3 hijos por mujer, muy por debajo del índice de reposición demográfica. Eso, a largo plazo, genera problemas de salud pública, porque los problemas que generan en una población envejecida son diferentes a la de una población joven, como cáncer, enfermedades neurológicas, accidentes vasculares".

Desde el punto de vista de la salud en concreto, comenta que un desafío es que "las escuelas de medicina tienen que cambiar sus programas, aumentar la atención ambulatoria de una población añosa, avanzar en hospitalización domiciliaria".

*Fuente: Emol.com