Seguidilla de actos de violencia en Copiapó: los riegos de viralizarlos por redes sociales
Durante esta semana se dieron a conocer varios hechos de violencia que ocurrieron en Copiapó, la mayoría de ellos fueron grabados por espectadores y se viralizaron por redes sociales. Desde un hombre desnudo que se paró sobre un auto en las primeras horas de la mañana, pelea entre feriantes y carabineros; y agresiones de escolares a sus compañeros. Y en ese ambiente, muchos han levantado la alarma de si existe un aumento en actos violentos y su relación con las redes sociales.
De acuerdo al último informe de Carabineros, no ha existido un alza significativa respecto de delitos violentos, ni tampoco se presentaron mayor cantidad de detenidos, ya sean personas nacionales o extranjeras, en comparación al periodo anterior. Sin embargo, la sensación de inseguridad en la población se mantiene.
Respecto a esto, los expertos aseguran que los datos no se equivocan, pero la frecuencia con que estos actos aparecen en las redes sociales hacen que las personas generen esta idea, así como varias otras que pueden afectar tanto su salud mental como hacerlas más propensas a convertirse en agresores.
Secuelas del 2020
Cristian Rodríguez, profesor de la escuela de psicología de la Universidad de los Andes y doctor en psicología social, se ha dedicado a investigar la relación entre el contenido que vemos en redes sociales y cómo afectan la percepción del mundo. Para él, los actuales hechos de violencia tienen un origen bastante claro: la pandemia y el estallido social. Durante este tiempo, las capacidades sociales de la población, especialmente la de resolución de conflictos de manera pacífica, se vio afectada.
"Es cierto que la pandemia y el estallido Social hicieron que la gente tenga, en promedio, más cansancio, más irritabilidad, menos recursos para regular sus propias emociones, entonces creo que con eso se van sumando cosas y generan estos brotes de violencia. La pandemia nos ha hecho más débiles en términos psicológicos", afirma el investigador.
Sin embargo, es cuidadoso en señalar que, pese a que vemos más episodios de este tipo, no quiere decir que la sociedad se haya vuelto más violenta de por sí.
"Siempre es difícil hacer una afirmación como que la sociedad se ha vuelto más violenta, porque también se puede decir que se transmite más, que lo vemos más, por la existencia de redes sociales. No existen datos cuantificables de que exista más violencia que antes, pero si pensamos que antes una pelea la veían sólo quienes estaban en el lugar y ahora se difunden de manera masiva, podemos ver que se crea esta sensación", explicó.
Sobre la relación entre ambas, el académico dice que no piensa que el ver actos de violencia sean suficientes para convencer a una persona de actuar de esa manera, pero sí considera que son un factor que pueden llevar a gatillar acciones motivadas por pensamientos subyacentes.
"Existe una relación entre ambas cosas, pero es menos fuerte de lo que uno pensaría. No es porque existan los videos que se genera la violencia, no es la única causa. Eso sería reducir demasiado el problema. Estos actos se basan en algo que ya existe en la mente de la persona, pero los videos pueden gatillar un conflicto, no existe de la nada", dijo.
El problema que ve es con algo que se denomina influencia social informativa. El ver que otro realiza una acción hace que uno se sienta más dispuesto a realizarla, sobre todo si no ve resultados negativos respecto de dicha acción.
"Hay un efecto que pasa en las redes sociales que se llama influencia social informativa. Cuando veo a alguien haciendo algo que me gustaría hacer, estaré más dispuesto a hacerlo. No es que vayan a hacerlo de inmediato, pero hay menos inhibiciones para realizarlo, sobre todo porque en los videos no se ven las consecuencias que puede enfrentar esa persona. No vemos el arresto, por ejemplo, solo el conflicto. Y eso queda en el subconsciente", dijo.
Adolescentes en riesgo
Para el investigador, el principal grupo afectado por esta exposición son los adolescentes, dado que ya cuentan con una predisposición a realizar actos impulsivamente y son los mayores consumidores de contenido en las redes sociales.
"Los adolescentes tienen mayor dificultad en la regulación de impulsos y poder canalizar los conflictos de forma correcta. Este es uno de los factores que influye en que hoy en día veamos una mayor cantidad de agresiones y peleas al interior de los colegios, tanto entre ellos como agresiones a funcionarios. La pandemia fue especialmente dura en los menores porque perdieron años de sociabilidad al estar sin asistir al colegio, perdieron el desarrollo de habilidades sociales muy importantes. Y por eso es tan importante estar pendiente de las señales que dan y poder prevenir cualquier acción antisocial", afirmó Rodríguez.
El investigador hizo un llamado a los padres en ver el comportamiento de sus hijos y buscar señales de que se encuentran sufriendo acoso, o que puedan estar albergando ideas violentas. En las más importantes está el fijarse cambios de humor bruscos, comportamiento aislacionistas y mayor irritabilidad.
"En el colegio también es importante que los profesores estén atentos a los alumnos que den señales de estar pasando por algo, para que no elijan una salida violenta. Que se comuniquen con la directiva y se les haga un seguimiento, para poder ayudarlos sin señalarlos. Porque muchas veces este tipo de actos es precedido por señales silenciosas de parte del menor", dijo.
*Fuente: El Diario de Atacama
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